Win to win

Win to win

En las relaciones económicas y de cualquier otra índole, negociar de forma que ambas partes obtengan sus propósitos, que previamente habrán reducido, es la base de que éstas funcionen de forma eficiente.

Como abogado creo fervientemente en la negociación. Cuando dos posturas se enquistan difícilmente la sede judicial, con los costes asociados que ella conlleva, pueden servir para alcanzar una mejor decisión.

En el mundo empresarial, no se puede obtener un crecimiento eficiente si esta máxima no se prioriza dentro de las posibles actuaciones a realizar. Y no tener en cuenta esta premisa incrementa la desigualdad y el enquistamiento del problema hasta su “visceralización”.

Un coche puede ser una maravilla de tecnología, potencia, confort y satisfacción del conductor. Pero esa máquina debe estar suficientemente bien conectada para que todos sus adelantos conlleven a su objetivo último.

Las relaciones personales deben mantener ese equilibrio adecuado también.

Y que decir de las empresas. Difícilmente puede una empresa funcionar adecuadamente y creando valor si los cuatro engranajes de la misma (accionistas y directivos, trabajadores, comunidad e impuestos) no funcionan de forma adecuada o no están cohesionados de la forma más eficaz.

Y negociar es la solución, no se puede dejar a la intención de uno de esos cuatro pilares (o ruedas en el ejemplo del automóvil) el desarrollo de la empresa.

Busquemos pues la forma para conseguir/lograr el correcto desarrollo de los interesados en el desarrollo empresarial para poder alcanzar el fin último de todas las situaciones que nos podamos encontrar.

Y eso, que en el aspecto micro conformará la mejor elección tendrá su impacto en la macro.

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